lunes, 2 de abril de 2007

LOS CÍRCULOS DE ESTUDIO


FUENTE DIARIO LOS ANDES www.losandes.com.pe


LOS CÍRCULOS DE ESTUDIO
Bladimiro Centeno Herrera


En esta última década, en la Universidad Nacional del Altiplano, se ha observado un creciente número de círculos de estudio y asociaciones de estudiantes por provincias. La participación de los jóvenes universitarios en estas entidades colectivas resulta bastante significativa, en la medida en que les permite enriquecer su formación profesional activando las habilidades sociales, que no se consigue necesariamente en el aula universitaria. Se tiene noticias de los siguientes círculos: Red Científica de Estudiantes de Medicina, Centro de Investigación de Economía, Centro de Investigación Gamaliel Churata, Centro de Estudios de Antropología, Círculo de Estudios de Sociología y Centro de Investigación de Derecho. Por otra parte, cumplen actividades en sus respectivas provincias: Asociación de estudiantes de Nuñua, Asociación de Estudiantes de Ayaviri, Asociación de Estudiantes de Huancané, Asociación de Estudiantes de Umachiri y Asociación de Residentes de Yunguyo. Estos círculos y asociaciones, desde luego, no concuerdan en sus objetivos. Los de Medicina, Economía y Educación son más académicos. Los de Antropología, Sociología y Derecho asumen un doble propósito: académico y social. Y las asociaciones, por la naturaleza de su conformación, constituyen espacios de aprendizaje social que se orientan hacia las actividades políticas locales. Pero, son espacios sociales que la universidad debería comprenderlos dentro de una política institucional de extensión y proyección social. En el Perú, la conducción coherente de este tipo de colectivos motivó la aparición de grandes líderes profesionales, intelectuales y sociales. El partido aprista, en su momento inicial, fue la expresión de un círculo universitario que logró configurar una opinión pública preponderante. En Puno, las grandes personalidades que trascendieron a través de la historia fueron producto de círculos intelectuales, cuyos protagonistas influyeron en el desarrollo político, social y cultural de la región. Pues la conformación de un colectivo académico –cultural justamente significa la configuración de un poder político, orientación social y desarrollo intelectual. Tanto los círculos como las asociaciones son ámbitos de una formación educativa alterna a la oficial (que continúa reproduciendo el sistema opresivo de la educación escolástica) y permiten un aprendizaje social más práctico. Los estudiantes que participan en estos colectivos tienen la oportunidad de formarse de una manera más integral: aprenden a interactuar con grupos humanos, reconocen la función social de las instituciones y asumen una responsabilidad mucho más constructiva ante la sociedad. Desde luego, no todos los círculos o asociaciones trascienden. Las razones que obstaculizan el crecimiento de estas instituciones tienen que ver con la imprecisión de los objetivos, el individualismo de los conductores y la limitada sinergia de las energías colectivas. Pues la práctica colectiva exige al joven estudiante (que posee necesariamente un espíritu libertario, una energía abrumadora y un afán protagónico que muchas veces aflora de una manera subjetiva, irracional y destructiva) que tome esta experiencia como un proceso de aprendizaje. Los jóvenes estudiantes deben organizar estos círculos no para dominar a sus compañeros, ejercer una violencia egocéntrica e imponer sus propios puntos de vista; sino para comprender mejor el entorno humano, confrontar con la realidad sus propios conocimientos universitarios y afianzar las verdaderas habilidades sociales que se requieren para afrontar el futuro. En consecuencia, todo joven que desee sumir un liderazgo (humano, organizacional y sociopolítico) está obligado a organizar este tipo de círculos, y participar en ellos, no para alcanzar los privilegios personales, sino para descubrir su propia condición humana, desarrollar su habilidad social y mejorar su capacidad de construir una sociedad más justa. El criterio colectivo sigue siendo el camino para alcanzar la plenitud humana, la realización profesional y el bienestar colectivo. Y no bastan las buenas intenciones (esos sentimientos sobran en nuestro medio y destruyen instituciones). El aprendizaje integral de la vida es el único medio para alcanzar los grandes objetivos. El peor enemigo, en este proceso, es justamente el individualismo que nos conduce a la viveza criolla, al fracaso profesional y al infantilismo político. La mediocridad jamás podrá prometernos una sabiduría humana, un logro profesional y grandes cambios sociales.

No hay comentarios: